Entrevista desde Singapur: Dr. Edgardo Latrubesse, egresado del Departamento de Geología
Se realizó un nuevo encuentro virtual de Egresados del Departamento de Geología de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas y Naturales. En esta oportunidad, el Dr. Edgardo Latrubesse lo hizo desde Singapur.
El profesional es egresado de la Licenciatura en Geología en la Universidad Nacional de San Luis en 1989 y se doctoró también en nuestra Facultad en 1992. Ahora, fue invitado por el Departamento de Geología a disertar sobre su experiencia académico-científica en el exterior.
El Dr. Edgardo Latrubesse es Profesor Titular de la Asian School of the Environment e Investigador del Earth Observatory of Singapore, Nanyang Technological University, donde lidera el programa internacional de investigaciones “Grandes ríos: paleogeografía y evolución geológica de cuencas, morfodinámica y cambios globales”, dedicado al estudio de los grandes ríos del mundo.
El interés científico del Profesor Latrubesse comprende la geomorfología fluvial, tropical y eólica, la geología del Cuaternario, los impactos de las actividades humanas sobre los grandes sistemas fluviales, geoecologia, y contribuciones de la hidro-geomorfología en estudios multidisciplinarios y cambios globales. Latrubesse desarrolló investigaciones en muchos de los lugares más remotos y menos explorados del planeta.
El profesional se desempeñó como profesor en diversas universidades de Estados Unidos y Brasil, como así también profesor titular de la Universidad Nacional de La Plata en Argentina. Fue premiado en Estados Unidos con la G.K. Gilbert Award de Excelencia en Investigación Geomorfológica (AAG), distinguido como Raymond Dickson Centennial Professorpor la Universidad de Texas, Profesor Distinguido T.W. Rivers por la East Carolina Universty-USA, y también recibió el Premio Augusto Linares (España), y nombrado Miembro Correspondiente del CONICET.
Asimismo, fue consultor del programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Programa de Naciones Unidas para el Ambiente (PNUMA), Organización de Estados Americanos (OEA), Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), Servicio Geológico del Brasil (CPRM), Ministerio del Ambiente-IBAMA-Brasil, PETROBRAS, y muchas otras, como experto en la temática geoambiental.
El Dr. Latrubesse brindó una entrevista a prensa de la FCFMyN, luego de realizar su presentación en el Encuentro de Graduados:
– ¿Qué le pareció la propuesta del Departamento de Geología en convocarlo para contar su experiencia académico-científica en el exterior?
-Es una excelente iniciativa que va más allá de una simple conferencia. El Departamento de Geología está reuniendo a los exalumnos y organizando sus contactos en una base de datosporque, inteligentemente, sabe que ellos son importantes para la universidad en múltiples formas. Por ejemplo, siguen siendo embajadores de nuestra institución, y en el caso de Geología, tienen un gran cariño y gratitud por la escuela. Muchos exalumnos son líderes en empresas privadas, trabajan en organizaciones gubernamentales, educación, ciencia y tecnología, y desde sus roles actuales pueden contribuir de diversas maneras con la consolidación del prestigio y la reputación de la institución y los profesionales que forma. Por ejemplo, ofreciendo oportunidades de entrenamiento y pasantías profesionalizantes, proyectos científicos en colaboración con instituciones nacionales y del exterior y mucho más. La contribución de los exalumnos es algo que ha sido muy bien aprovechado por universidades americanas, nosotros también podemos hacerlo. Por eso creo que esta iniciativa de reunir a sus exalumnos y conectarlos con la escuela es una decisión muy inteligente y oportuna.
– ¿Qué cuestiones lo motivaron para ser geólogo?
-De chico siempre me gustaron los fósiles, y como a la mayoría de los niños, los dinosaurios. Sin embargo, esto que relato es de un tiempo muy anterior a la filmación de películas como Parque Jurásico, que popularizaron en gran escala y en forma comercial el interés por estos temas. En mi pueblo (Colón, provincia de Bs. As.) había un pequeño Zoológico, dirigido por un naturalista llamado don Gabriel García, que poseía algunos fósiles en su colección, incluso un caparazón de Gliptodonte. Cuando estaba en séptimo grado nos mudamos con mi madre a la ciudad de Paraná, y fue en las barrancas del Río Paraná donde extraje mis primeros fósiles. Me decidí a estudiar Geología al final de la escuela secundaria, la cual terminé en Pergamino (Bs. As.). Tenía dudas entre seguir Geografía o Geología, pero mi relación con los fósiles, conversaciones con un muchacho de mi pueblo, hoy un importante investigador del Conicet (Daniel Martínez) especializado en hidrogeología, lecturas, y una conferencia sobre los problemas hídricos y sísmicos sufridos por la ciudad de México que dioun profesor en la biblioteca de Pergamino, inclinaron la balanza hacia la Geología. Por otro lado, siempre me fascinó aquella imagen del sabio que caracterizó a las grandes figuras de la ciencia, particularmente en el siglo XIX y primera mitad del siglo XX. Fui criado en un ambiente intelectual y siempre tuve vocación por las ciencias. Si de algo no me arrepiento en la vida es de haber tomado la decisión de estudiar Geología.
-¿Hace cuánto tiempo se fue de Argentina? ¿Cómo surgió la posibilidad de trabajar en Singapur?
-Yo me gradué de Licenciado por la UNSL en 1989. Eran tiempos difíciles y el país sufría una de sus tantas crisis políticas y económicas. La hiperinflación del 89-90 fue muy fuerte y yo fui afortunado en ganar una beca del Conicet, donde empecé comobecario. Sin embargo, me surgió la oportunidad de hacer algunas campañas en el Amazonas gracias a un pequeño proyecto que tenía mi director de tesis doctoral, el Dr. Martín Iriondo, y contactos que había hecho en Brasil. Me ofrecieron dar un curso en la Universidad del Amazonas en Manaos, les gustó y me ofrecieron un puesto de profesor visitante. Iba contratado por un año… ¡pero me quedé dieciséis años trabajando en Brasil! Trabajé en tres universidades. La última fue la UniversidadFederal de Goiás, con la cual sigo colaborando. En 2006 surgió la posibilidad de volver a la Argentina. Gané el concurso de Profesor Titular de Geomorfología en la UNLP, e ingresé nuevamente como investigador en el Conicet. Mi esposa también es científica y había pocas oportunidades laborales en la Argentina para ella por ser extranjera. En 2008 fui a Estados Unidos como profesor Visitante Distinguido por la East Carolina University. Después de un año en USA concursé en la Universidad de Texas-Austin. Gané el concurso y permanecí en esa institución hasta 2018. Al mismo tiempo, desde 2015 empecé a trabajar como investigador invitado en el EarthObservatory of Singapore, hasta que finalmente decidimos mudarnos. Desde 2018 soy Profesor Titular e Investigador del Observatorio Terrestre de Singapur y de la Escuela Asiática del Ambiente, en laNanyangTechnological University, una de las más importantes universidades del mundo dedicada a la investigación.
– ¿Cómo se organizó en este tiempo de pandemia por el COVID-19 en su trabajo?
-Singapur es una ciudad-estado, así que tu territorio es minúsculo y todos nuestros proyectos de geología los desarrollamos en otros países. Actualmente tengo proyectos en Asia y América del Sur. Debido al COVID todas nuestras actividades de campo han sido canceladas. Lógicamente, también fueron afectadas las clases y otras actividades en la universidad. Hace un par de semanas retomamos nuestra rutina en los laboratorios, pero seguimos trabajando con restricciones y no creo que podamos hacer campañas en otros países hasta el año que viene.
– ¿Qué recuerdos tiene de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas y Naturales cuando fue estudiante? ¿En San Luis tiene familiares y amigos?
-Los recuerdos de San Luis son entrañables e imborrables. Por ser una ciudad pequeña, San Luis, permite que entre los estudiantes se desarrolle una dinámica social de camaradería y amistad que no es posible en otras ciudades más grandes. A eso hay que sumarle que la carrera de geología es muy especial, con grupos pequeños de alumnos que tienen mucho contacto con sus profesores, trabajos de campo que consolidan enormemente las relaciones humanas, y en el caso de mi generación, vivimos el regreso a la democracia. Precisamente, fuimos nosotros los últimos en rendir exámenes de ingreso (verano de 1983) y la democracia se reinstaló a finales de 1983. Fueron tiempos de cambios, de muchos sueños, de optimismo, libertad y grandes expectativas. Yo no tengo familiares en San Luis pero tengo varios amigos y personas a las que siempre recuerdo con mucho cariño. Nuestra promoción se sigue juntando y cada un par de años organizábamos reuniones en el camping de la UNSL en la Florida. Últimamente, cuando vuelvo a la Argentina, nos estamos reuniendo en Mendoza.
– ¿Qué significa trabajar en la Nanyang Technological University, rankeada dentro de las 10 mejores universidades a nivel mundial en investigación?
-Es un excelente lugar para desarrollar investigación de punta y soñar alto. Tenemos todo lo necesario para competir con los centros mundiales más avanzados, por ejemplo, equipos modernos, financiamiento para proyectos, muy buenos laboratorios, y la capacidad de atraer a nuestro equipo de investigacióna estudiantes y jóvenes doctores de todo el mundo con becas de postdoctorado. Una diferencia entre nuestro sistema universitario –el argentino, quiero decir–, y los más competitivos en el exterior, es que nuestros cursos de posgrados no están bien estructurados, y tenemos poca apertura para contratar profesores y asistentes de investigación de cualquier lugar del mudo. Dejamos de atraer gente talentosa de otros lados, independientemente de sus nacionalidades. En cambio, la población de gente extranjera en las universidades internacionales dedicadas la investigación, como esta de Singapur, es grande. En mi departamento, por ejemplo, los profesores e investigadores vienen de todo el mundo: Estados Unidos, países de Europa y de América del Sur, Australia, China, Japón, India, Taiwán, Corea, del Sur, etc. Es como en el fútbol, y los clubes. Lo importante es tener buenos jugadores para competir al más alto nivel, pero también formar un buen semillero.
– ¿En qué momento de su carrera decidió abocarse a la geomorfología fluvial, tropical y eólica?
-Comencé a buscar fósiles en el Arroyo la Barranquita en San Luis y vi que había registro paleoambiental muy interesante del sistema de drenaje, que me permitía reconstruir la historia del paisaje de San Luis en los últimos milenios. Simultáneamente, con otro estudiante –Carlos Ramonell, que hoy es profesor de Geomorfología en la UNL (Santa Fe)– comenzamos a hacer geomorfología como hobby durante los fines de semana en la Depresión de las Chacras y la Sierra de los Venados. Después fui ayudante de cátedra de Geomorfología y nunca más paré. Mi contacto con el eólico comenzó desde mi tierra, Colón, sobre el loes Pampeano, y continúe con los sistemas eólicos del Sur de San Luis. Mi contacto con el Río Paraná me marcó mucho, así que también me atraía estudiar los grandes ríos. Pero lo que a mí me gustaba y me sigue gustando es explorar lugares exóticos y muy poco estudiados. Siempre tuve fascinación por los exploradores, los viajes, la aventura. Por eso no dudé en irme a trabajar al Amazonas y ahora al Asia. No solo la complejidad geológica sino también la combinación de una naturaleza exuberante y la biodiversidad de los trópicos es algo que cautiva. Es la máxima expresión de lo privilegiado y único que es este planeta.
– ¿Cómo es el trabajo que se realiza en el Programa Internacional que lidera para el estudio de los ríos del mundo?
-Los grandes ríos del mundo han sido y siguen siendo demasiado bondadosos con nosotros, seres humanos egoístas y miopes que los destruimos de una forma torpe, pensando en ganancias inmediatas y sin una visión de futuro. A lo largo de la historia los ríos nos han dado y nos siguen dando múltiples servicios (alimento, agua para irrigación y consumo, energía, turismo, recursos minerales) y nuestra respuesta ha sido sobreexplotarlos, destruirlos, contaminarlos, degradarlos, transformarlos en cloacas… y la lista sería demasiado larga para continuar. No obstante, la discusión sobre la sustentabilidad y las políticas ambientales se enfoca fundamentalmente sobre los aspectos bióticos (desforestación, extinción de especies, plásticos en los océanos).Podemos decir que los ríos tal vez representan mejor que ningún otro sistema natural lo nocivo que es el hombre para nuestro planeta y su brutalidad con la naturaleza.
Con mi programa estudiamos los mayores ríos del mundo desde el punto de vista científico para entender cómo funcionan y como se han generado y evolucionado a través del tiempo, pero también nos dedicamos a la ciencia aplicada. Uno de mis objetivos es que nuestras investigaciones puedan contribuir a una mejor gestión de los sistemas fluviales y a un uso más racional de mismos. También intentamos concientizar a la gente de que los ríos son fundamentales y tienen que ser una prioridad en las agendas nacionales y políticas públicas. Lamentablemente, la Argentina dista mucho de ser un ejemplo en el tema hídrico.
Desde el punto de vista personal, navegar y estudiar los ríos más grandes del mundo, y también conocer la simbiosis cultural de la gente con los ríos en cada región y continente, ha sido uno de los mayores placeres que me ha dado y que me sigue dando la carrera.