Mujeres en la ciencia, miradas y perspectivas
Este 11 de febrero es el Día internacional de la mujer y la niña en la ciencia. La fecha fue declarada por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) para promover el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia para las mujeres y las niñas.
Como el día presenta una oportunidad para reflexionar sobre la brecha de género en un ámbito en el que históricamente fueron invisibilizados los logros y la participación de las mujeres, dialogamos con dos docentes investigadoras de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas y Naturales (FCFMyN) para conocer sus puntos de vista y experiencias.
La Dra. Ana Vidales es Directora del Proyecto de Investigación “COMPACTACIÓN, SEGREGACIÓN Y FLUJO DE MATERIALES GRANULARES Y SUS APLICACIONES” del Departamento de Física.
La profesional comenzó su carrera en 1984 cuando eligió estudiar el profesorado en Física y Cosmografía, que existía en ese entonces en la FCFMyN, y al año siguiente se cambió a la Licenciatura en Física gracias al consejo de algunos docentes, ya que siempre le atrajo más la física aplicada que la teórica.
Al ser consultada si se valoraba a la mujer que iniciaba sus primeros pasos en la ciencia, la Dra. Vidales precisó: “El rol de la mujer en la ciencia se valoraba, pero no estaba tan clara esa valoración en el caso de las ciencias duras. La visión más simplista era que las mujeres teníamos más vocación para las artes, la docencia y las llamadas ciencias blandas. A lo sumo, las ciencias de la salud eran, en esa visión tan sesgada, más próximas a la vocación de una mujer en ese entonces”.
Con respecto al acceso y participación en la ciencia, la científica sostuvo que siempre estimuló a los/las estudiantes por igual, sin distinguir género: “Les enseñé a no dejarse doblegar en su objetivo de realizar y terminar una carrera. Como investigadora, quiso la vida dejarme ver que más y más estudiantes mujeres ingresan en la Licenciatura en Física, al punto que hoy, en el grupo de investigación que dirijo, la mayoría somos mujeres. Creo que debe haber igualdad de oportunidades para todos y todas, por lo tanto mis esfuerzos por mis estudiantes son los mismos, independientemente del género”.
Retomando el tema, ¿Qué visión tiene de la igualdad de género?
En el caso de la docencia, la igualdad significa dedicarte con el mismo empeño a todas/os tus alumnas/nos. Sin embargo, una verdadera igualdad de género en la sociedad no se consigue fácilmente dejando librado a la buena voluntad de las personas el dar las mismas oportunidades. Ya que no todos o todas entienden lo mismo y algunos/as, incluso, juegan en contra de dicha igualdad. Es por eso que la intervención de las Instituciones y el Estado es necesaria e imprescindible para que el proceso de igualdad de género se logre y eventualmente se acelere.
¿Qué piensa de esta fecha que tiene como objetivo fomentar las vocaciones científicas y el espíritu emprendedor de las mujeres y niñas?
Todo esto es muy reciente, ya que comenzó en diciembre de 2015 y hace falta más difusión aún. De todas maneras es un granito de arena más al cúmulo de esfuerzos que se vienen haciendo desde diversas comunidades, colectivos e instituciones para lograr el objetivo de la igualdad de género y para acelerar los procesos sociales que a veces, por comodidad de algunas mayorías, quedan estancados a lo largo de los siglos.
¿Tuvo la oportunidad de ser el motor de este cambio que hoy tiene a la mujer científica en otro posicionamiento?
Desde ya que en cada puesto de trabajo en el que me ha tocado estar (gestión, evaluación, docencia o formación de RRHH en posgrado) he tratado de observar, aprender y aportar todo lo que creía que era conducente a la igualdad de oportunidades para la mujer respecto del tradicional machismo. Por ejemplo, en las comisiones de evaluación para un puesto de trabajo, una beca, una promoción o ascenso, se tiende a simplificar la supuesta carrera que debe realizar una persona a lo largo de su vida. Sin embargo, estamos acostumbrados a ver que para las mujeres, en general, ha sido siempre mucho más difícil desempeñarse en una carrera científica debido a las exigencias familiares que por tradición recaen más en lo femenino que en lo masculino, ¿verdad? Es por eso que cuando uno se desempeña en esos ámbitos de evaluación debe investigar a fondo la situación de cada persona para no cometer injusticias. Ese tipo de aspectos están mucho más claros hoy que hace 20 años atrás.
¿Tuvo referentes investigadoras al comienzo de su carrera?, ¿Con qué mujeres de otras Facultades o de otras provincias pudo vincularse en estos años?
No, no las tuve porque nunca tuve una profesora mujer en mi carrera. La única profesora de Física que había estaba en otras materias que yo no cursé. Es más, desde 3er año en adelante no tenía compañeras mujeres, sólo había una mujer que iba un año más adelante que yo, con quien fuimos buenas amigas.
Localmente, me relacioné con varias docentes-investigadoras en Química, que aún hoy son amigas mías, grandes mujeres. Dentro del país, me vinculé con un grupo excepcional en Buenos Aires, el grupo de Medios Porosos que lideraba Marta Rosen y la ya fallecida Adriana Calvo. Esas mujeres me sirvieron de ejemplo por su gran voluntad, inteligencia y gran humanidad.
También dialogamos con la Lic. Paula Villegas, una joven investigadora que integra el Proyecto de “APRENDIZAJE AUTOMÁTICO Y TOMA DE DECISIONES EN SISTEMAS INTELIGENTES PARA LA WEB” del Departamento de Informática.
¿Cuándo comenzó su carrera como investigadora? ¿Cree que en esta época se valora a la mujer que da sus primeros pasos en la ciencia?, ¿En qué temas trabaja de informática?
Me inicié en la investigación antes de que terminaran mis estudios de grado. Si bien la carrera en la que me formé tiene mayor orientación hacia la ciencia que otras carreras relacionadas con la tecnología, mientras cursaba no sentía que estuviera haciendo ciencia. Luego de que me otorgaran becas para investigar, fue cuando empecé a verme como investigadora realmente.
En cuanto a las ciencias denominadas como duras, opino que sigue existiendo una brecha enorme entre hombres y mujeres que eligen seguir este tipo de carreras. Sin embargo, en la informática, muchos hombres se orientan hacia la parte más práctica y empresarial que ofrece lo tecnológico, mientras que las mujeres se inclinan por lo general, hacia la parte de investigación. Lamentablemente, la carrera de investigador no puede competir, a nivel monetario, con el sector privado. Esto es un punto en contra para los investigadores, no pudiendo dedicarse el 100% a la investigación y debiendo salir en búsqueda de ingresos alternativos. Para la mujer que quiere llevar un hogar, como es mi caso por ejemplo, esto se complica sin la ayuda de becas o acompañado con la actividad docente.
Mi trabajo de investigación consiste en encontrar un método más asertivo y rápido, usando modelos y herramientas de la inteligencia artificial, en particular del aprendizaje profundo, que permita detectar en las personas trastornos mentales como depresión, anorexia, patología de juego, entre otros. La idea es encontrar el problema lo más rápido posible para poder emitir una alerta que permita actuar a tiempo y, que dicho trastorno no pase a mayores. Mi enfoque es sobre los textos que las personas escriben y, en el auge de las redes sociales, nos topamos con mucha información que permite llevar adelante esta investigación.
¿De qué forma cree que contribuye al acceso y participación en la ciencia?
Cuando yo ingresé no sabía exactamente qué iba a hacer, qué camino iba a seguir. Opino que, en la actualidad, quienes se van a adentrar en este camino también van un poco con una venda en los ojos y no pueden ver realmente todas las posibilidades que se pueden seguir. Pienso que la mayoría que se inscribe en carreras informáticas, lo hacen por la llamativa oferta de salida laboral del sector privado. Entonces, mi contribución intenta fomentar desde el ejemplo, que existen otras posibilidades como lo es la investigación. En esta área en la que todo se actualiza rápidamente, estar investigando lo nuevo se vuelve casi una necesidad y que se puede combinar con otras actividades, como la de ser docente, o tener un trabajo fuera de la Universidad y por supuesto, combina con la idea de querer formar una familia y llevar tu propio hogar.
¿Qué visión tiene de la igualdad de género?
Como decía previamente, aún hay una brecha de género para quienes eligen carreras relacionadas a las ciencias duras. Espero que en el futuro próximo no suceda así. Debemos tener en claro y fomentar que, independientemente del género, se pueden alcanzar los mismos objetivos. Es decir, todos tenemos fortalezas y debilidades, por lo que evaluar a ambos géneros con la misma vara es un pensamiento erróneo que muchas veces impone la sociedad y terminamos adoptándolo como propio.
Por ejemplo, muchas veces asociamos la tecnología con el género masculino. Algunas personas dirían que es debido a que, desde pequeños los varones tienden a desarmar y armar cosas, habilidad que es muy útil cuando se trabaja con la tecnología. Sin embargo, esta asociación está muy lejos de ser cierta. Más ahora que estamos en la revolución de las ideas, donde la habilidad que más se busca es la de dar soluciones, es decir, saber resolver problemas, siendo una característica que podemos desarrollar todos y que no está inclinada de ninguna manera hacia un género en particular.
¿Qué piensa de esta fecha que tiene como objetivo fomentar las vocaciones científicas y el espíritu emprendedor de las mujeres y niñas?
Al igual de lo que sucede con muchas fechas que conmemoran algo, es importante entender que fomentar las vocaciones científicas y el espíritu emprendedor es algo que se debe hacer día a día y no cada 11 de febrero. Sin embargo, tener un día en particular, sirve también para frenar en esta vida, tal vez un poco acelerada, y reflexionar acerca de dónde estamos y dónde queremos estar. Es este 11 de febrero, donde nos paramos a pensar qué tan fuertes son esas vocaciones en las mujeres y niñas de hoy, y que estamos haciendo o qué podemos hacer desde ahora para alimentar ese espíritu emprendedor en ellas. Esto ayuda enormemente, porque si no se está haciendo nada, esta reflexión nos mueve a poner manos sobre el asunto desde las posibilidades de cada uno.
¿Tiene mujeres investigadoras referentes en su carrera?, ¿Con qué mujeres de otras Facultades o de otras provincias pudo vincularse en estos años?
Mi referente principal es mi directora de grado y posgrado, Dra. Leticia Cagnina, quien además de ser una gran investigadora, es docente, madre y mi mentora, tanto a nivel científico como a un nivel más humano, brindándome apoyo y motivación. En mi carrera me he vinculado principalmente con pares, mujeres que están investigando y recorriendo un camino similar al mío. He asistido a congresos en distintos puntos de Argentina y he podido compartir experiencias con mujeres que poseen la misma vocación.